La torre de babel!!!!!

Las pisadas de un gigante

Esta noche me encuentro en un lugar que solía tener un encanto incomprendido que hoy veo en decadencia y agonizante y entre sorbo tras sorbo mi cerebro queda entrance y rememora un lugar con olor a hierba salvaje, espinos y grillos que daban vida a un paisaje que parecía inerte para los foráneos. Un lugar que te cobijaba con el ocaso del atardecer y deleitaba con la flor de la culebra, decorando hermosamente la primavera. Era el refugio de una generación sin nombre, sin época, de aquellas generaciones que no se les hara una canción, menos saldrá en los libros y novelas. Una comarca anónima formada de criaturas que no creían en el “rechazo"," pero fue el mismo el que los junto para entonar un himno nunca escrito", donde la diversidad primordiaba y nadie se fijaba por lo que tenias en el bolsillo, porque todos tenían en los suyos nada, solo nos movía la esperanza de vivir los últimos soplos de libertad en un recinto alambrado que nos hacia externos a las demás caricaturas que buscan estabilidad y un lugar en el sueño de sus televisores... El nuestro era un espacio oscuro, tenebroso donde habitaban los integrantes de un zoológico de fábulas y sin jaulas, que para nosotros, cual polillas, volábamos en busca de luz como si fuera nuestro pedacito de paraíso bizarro, pero paraíso... ¡en mas de una ocasión concordamos que lo era!.
Con locaciones particulares bautizadas por el borracho de turno... posaderas como; el cubito, el tubo, las cloacas, la trinchera eran el asilo de nuestras horas eufóricas del regreso de tocatas y también de nuestras caídas depresivas en las que nos rodeábamos de tumbas y podíamos ver los epitafios (molinero, tantehue, etiqueta, patahua, planella, etc...) y alzábamos la cabeza y nos dábamos cuenta que teníamos un observatorio donde encontrábamos nuevas y extrañas constelaciones que los científicos habían ignorado como la del sartén, la del perro, la raqueta y decíamos que la luna tenia cara de gato ( dato no menor)creíamos. Es increíble pensar que unos alambres que permanecían de pie a duras penas con púas oxidadas nos brindara seguridad y nos separara de los demás, en un lugar de un desprecio colectivo que nombraban como el mierdero, el cacumental, el potrero. Para nosotros era el yerdi, el refugio, el lugar en que podías gritar y expresarte sin miedo a recibir represalias, donde nuestra creatividad era libre de inventar o citar países como Japón (se le decía a la practica de aspirar neo)que después fue el país de los globos, Irlanda (en la primavera), cascocholandia y Londres(en el invierno). Nos sentíamos dueños de un idioma con modismos propios.... Eran tiempos especiales, sabiendo que para la maza éramos despreciables, aunque nunca tendrían lo que abrazábamos. Sin embargo no teníamos el poder de detener el calendario.... el tiempo pasó y algunos no volvieron , otros buscaron su camino y el sistema los recluto, algunos intentamos aguantar creyendo que el sistema no podría con nosotros, era un lindo sueño... Pero irreal. Y en acto seguido fuimos atrapados por su miseria, aquella que te aísla y te deja pensando solo en ti.
Así fue como el lugar comenzó a quedar paulatinamente abandonado, recibía visitas una vez a las quinientas, se observaba con pena la caída del cubito, luego fue el turno de la trinchera, como avisando que la guerra se estaba perdiendo, de un día para otro ya no eran alambres, sino una imponente reja... Nuestro hogar ya no nos pertenece... con estos últimos sorbos empiezo a comprender el significado de la lapida, hoy mas que nunca me queda claro. A esperado pacientemente su momento.... Su episodio esta cerca, el yerdi agoniza.
Solo nos queda el consuelo de haber tomado, bailado,fumado ,cantado, paseado por su tierra llena de vida, Fuimos parte de una generación de vino y forros quemados, una generación que no olvida ni olvidara.... La generación de zapatillas embarradas, corazones cálidos y mentes espaciales.


Esperpento